
El silencio se asentó con su largo manto. Nadie osó
retarlo. El miedo con la impotencia e
incertidumbre callaron sus bocas. Tras unos minutos eternos, el entorno material desapareció arrasado por una gigantesca garra impalpable y demoledora, dejando un legado de ruinas y escombros. Las esperanzas de una vida digna fueron engullidas por las entrañas de la tierra cuando por fin empezaba a dar sus frutos
tantísimo esfuerzo... Todo ahora era nada cuando esa nada lo
fue todo.
2 comentarios:
Demoledor, sí.
Te parece? Gracias Leo!!
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